

Isidoro Zamorano fue uno de los primeros polícias nacionales en socorrer a la gente que gritaba, corría y se agarraba a las vallas de la estación de El Pozo. Era su día libre y, en principio, le esperaba una jornada tranquila. Una ilusión que saltó en mil pedazos «al ver el horror en que se había convertido Madrid». Se le ha quedado grabada esa jornada, como otras muchas -siempre demasiadas- que le tocó sufrir en sus cinco años de servicio en el País Vasco entre 1985 y 1990. Conoce muy de cerca el terrorismo, por eso no vacila en aplaudir la desaparición de Bin Laden.
«¡Uno menos! Eso es lo primero que me viene a la cabeza. Se ha tardado pero, bueno, se ha conseguido. No me alegro de su muerte pero sí de su neutralización como enemigo. ¡Se lo debemos a las víctimas! Es la única compensación moral que les podemos ofrecer», reflexiona sin titubear. Y ante el panorama internacional que ahora se presenta, respira con alivio contagioso: a este funcionario de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad no le cabe la menor duda de que «estamos en ventaja y ahora más que nunca hay que seguir golpeando». La clave está en no cantar victoria y mantenerse en guardia las 24 horas.
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http://www.elnortedecastilla.es/v/20110503/mundo/victimas-atentado-frente-muerte-20110503.html
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